19 abril 2012

14 abril 2012

04 abril 2012

Jose Luis Zúñiga


si no conocéis su blog debieráis 


Un retrato. Es tan sólo un retrato.
Pero a mí se me enredan los pinceles
en el hondón del alma y escribo mientras veo
esos ojos, mis ojos,
que la pintora quiso hacer muy grandes.
Escribo mientras pienso
cuánto de bueno hay suelto entre crueldades,
cuánta gente que quiero y que me quiere,
cuánta verdad en las pequeñas cosas.

Hoy soy un poco más feliz que ayer.
Pedid. Si está en mi mano
os lo daré. Porque hoy se me enredaron
los pinceles de Luisa en esas luces
que a veces me florecen en el alma.

Y en su pintura están todas mis lágrimas
hechas sonrisa cierta.



Jose Zúñiga



A Luisa Navarrete

Está mirando fijamente el cuadro, un hombre azul con una mujer rubia. Contempla el cuadro ensimismado, esa pareja azul que su amiga pintora le vendió a muy buen precio. Mira a través del humo al hombre y la mujer, las pinceladas le parecen labios. Hoy debo penetrarme hasta el fondo del cuadro, se dice muchas noches. Nunca lo hace, es algo que le da mucho miedo. Para empezar, no sabe si la pareja azul será alguien conocido, ignora si se aman. Piensa, además, que muy probablemente estén desnudos. Aparta la mirada del cuadro, tan sólo la mirada.

Escribe: si yo fuera pintor te pintaría roja. Escribe: si yo fuera noctámbulo serían incontables las cosas que te hiciera. Quiero ser hombre azul, sigue escribiendo. Quiero ser hombre verde. Quiero saber qué hay dentro de tu cuadro, se arrebata, qué hay más allá del lienzo, en esa habitación que no se ve. No quiero fumar más. El vaso está vacío. Se levanta, es muy tarde, vámonos a la cama, buenas noches, pareja.

… Desde el cuadro, sentado entre el chico y la chica, ve una mesa camilla y una sombra que escribe. Esta noche ha olvidado el pudor y ahora comprueba que no son pinceladas, en efecto, son huellas de los labios de la pintora amiga. Y ya es un trío azul, y desde dentro se ven tres cubalibres encima de la mesa. Y una sombra que escribe.



José Zúñiga